Tomar un vuelo para llegar a
mi destino, cansada, agotada hasta los poros
por esperar casi 10 horas; las expectativas no eran muy buenas, solo
quería descasar y en un momento pensé en regresar, salir por la puerta de
embarque y dejar atrás el estúpido aeropuerto, pero a la final me quede hasta
que pude abordar. Al día siguiente sólo quería que las cosas salieran
estupendas después de tanto stress acumulado, y fue más que eso; en el momento
en el que te vi con tu camisa de cuadros color azul y esa barba desaliñada
ggrrrrrr olvidé todo el horror que había vivido para estar parada donde me
encontraba.
Las miradas entre nosotros
empezaron sin perder tiempo, el vernos me excitaba no lo voy a negar, pero no
fue suficiente como para que te acercaras, que esperabas? que lo hiciera yo? No
soy tan liberal como para aventarme hasta donde estabas, soy una dama, esperaba
que tú dieras el primer paso. A lo largo de la noche y bajo una llovizna, la
música seguía sin parar, y el olor a mar, la hermosa vista de la ciudad iluminada
hacían que perdiera el hilo de donde me encontraba, y ahí estaban otra vez tus
ojos, el estar a cinco metros de ti me resultaba desesperante pero no podía
acercarme, necesitaba que lo hicieras, que mierda te pasaba?
El hecho de que no tuvieras
los pantalones bien puestos para iniciar una conversación o simplemente sacarme
a bailar me obstinaba, por un momento me puse de mal humor, pero luego desvié
la mirada y me olvide de ti, seguí bailando bajo la lluvia junto a mis amigos y
haciendo caso omiso a las miradas furtivas entre ambos; total, necesito a un
hombre decidido, con convicción, carácter, valiente y no uno que se acobarda de
hacer lo que quiere sintiéndose intimidado o sacando de una vez por todas
conclusiones imprevistas. Y así fue como lo dejé ir, olvidando que me había
gustado y que estaba dispuesta a hacer lo que nunca me hubiese imaginado, sólo
con él, sólo esa noche…