Ese escalofrío que siento al escuchar tu nombre, ese
impulso irresistible a prestar atención cuando en una conversación se habla de
ti... murmullos, voces bajas; todo vuelve, los recuerdos, las memorias, el dolor, mierda.
Sólo puedo alegrarme de que estés bien, de que estés
feliz, aunque lejos, muy lejos, con ella. He hecho de todo para sanar la herida
que provocaste, ya deje de estar en terapia intensiva, me encuentro
estable pero en constante observación, porque resulta que el corazón no
sana tan rápido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario